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lunes, 21 de octubre de 2013

MI CASA YA NO ES MI HOGAR


La mayoría de adolescentes se quejan diciendo ¡Mi casa es un infierno!

En lugar de encontrar un lugar de descanso y paz muchas veces solo encuentran un ambiente pesado, cargado de peleas y riñas por lo cual prefieren evitar pasar tiempo en sus casas. Algunos en busca de un lugar de pertenencia, se unen a grupos urbanos, gangas, pandillas, que lo que hacen para captarlos es venderle la idea errónea de que esa es su familia.

Lo mismo sucede con los padres, cuando al fin llegan de su trabajo luego de una agotadora jornada, buscando algo de paz, a menudo solo se encuentran con una esposa que lo recibe con quejas y con una interminable lista de problemas que se han suscitado durante el día.

Se ha demostrado que muchos niños con problemas de aprendizaje, su dificultad no tiene que ver con una carencia intelectual, sino que el problema radica en el hogar. Al no haber una ambiente de amor y armonía, se sienten inseguros y lo terminan reflejando en un bajo rendimiento en sus estudios.

También se han hecho investigaciones para observar de que manera los niños enfrentan sus conflictos. Llamativamente encontraron un característica común en todos aquellos que habían pasado satisfactoriamente esta prueba, todos venían de buenas familias.